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martes, 17 de enero de 2012

40 aniversario de la ejecución extrajudicial de Diego Lucero Martínez


Difusión Cencos México D.F.-
Este 15 de enero que conmemoramos el 40 aniversario de la ejecución extrajudicial de Diego Lucero Martínez reivindicamos su memoria como luchador social y revolucionario, así como la de sus compañeros caídos en Chihuahua ese primer mes de 1972 y la de todos aquellos que ofrendaron su vida por un México realmente democrático, por una Patria sin explotados ni explotadores.
La impunidad en que permanecen las masacres del 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco y la del 10 de junio de 1971 en San Cosme; la desaparición forzada de más mil 200 detenidos desaparecidos, las decenas de ejecuciones extrajudiciales, las torturas a innumerable número de personas durante la mal llamada "guerra sucia" del pasado -en realidad se instrumentó una estrategia de terrorismo de Estado para reprimir a los movimientos sociales y organizaciones políticas de oposición, particularmente a las que ante el autoritarismo imperante optaron por la vía armada-, entre otros delitos de lesa humanidad, explica en gran medida que en la actualidad persistan prácticas represivas que violan los preceptos constitucionales y los derechos humanos.
El 16 de enero de 1972, en la ciudad de Chihuahua, fue ejecutado extrajudicialmente Diego Lucero Martínez, quien había sido detenido un día antes por integrantes de la policía judicial estatal y luego interrogado por agentes de la Dirección Federal de Seguridad, que encabezaban el capitán Luis de la Barreda Moreno y Miguel Nazar Haro.
Recordamos que hace 40 años cayeron en combate Avelina y Oscar siendo detenidos, torturados y posteriormente ejecutados extrajudicialmente Ramiro, Gaspar y Diego Lucero Martínez, a quienes hoy rendimos homenaje y en cuya memoria reivindicamos el compromiso de continuar en la lucha por la verdad y por la justicia.
La ejecución extrajudicial de Diego Lucero Martínez, como las de decenas de hombres y mujeres que se comprometieron a transformar la sociedad y enfrentar un sistema anti democrático y autoritario que controlaba y oprimía las luchas populares, es uno de los delitos de lesa humanidad que permanecen impunes.
Se considera como ejecución extrajudicial a la privación de forma arbitraria de la vida, llevada a cabo sin que la persona haya sido previamente juzgada por los tribunales establecidos y conforme a las leyes o normas, sistemas normativos vigentes y legítimamente reconocidos por la sociedad.
Diego Lucero Martínez, joven y maduro dirigente revolucionario, fue detenido después de un triple asalto bancario realizado en la ciudad de Chihuahua, existen testigos de que se encontraba con vida en manos de las fuerzas policíacas y que enfrentó con valentía los interrogatorios.
Cabe destacar que ante la negación de justicia en México, familiares y organizaciones defensoras de los derechos humanos que los acompañan en este largo camino de lucha contra el olvido, acuden ante organismos internacionales como una manera de presionar al Estado mexicano para que cumpla con sus obligaciones legales y constitucionales.
Un ejemplo alentador de dicho sendero de lucha y compromiso lo constituye el caso de Rosendo Radilla, detenido desaparecido en 1974, en el que después de más de tres décadas se logró que la Corte Interamericano de Derechos Humanos condenara al Estado mexicano por su responsabilidad en ese crimen de lesa humanidad, lo que sienta un destacado precedente en los casos de desaparición forzada del "pasado", que en realidad son del presente pues se trata de una grave ofensa a la sociedad que no prescribe y para la cual no hay amnistía alguna.
Sin embargo, como es de esperarse en un gobierno como el actual, los resolutivos de la Corte no se han cumplido por lo que deben proseguir los esfuerzos por poner fin a la impunidad y alcanzar justicia y verdad.
Nuestra organización, que tomó su nombre de un compañero revolucionario que es patrimonio del pueblo trabajador en su conjunto, lucha por la Verdad, la Justicia y contra la Impunidad como una forma de contribuir a que el movimiento social enfrente en mejores condiciones la represión que, desgraciadamente, el Estado sigue aplicando en su contra y que en esta etapa de agudización de la crisis económica, política y social que padece México tiende a agudizarse.
¡Justicia para Diego Lucero y sus compañeros!
¡Presentación con vida y respeto a la integridad física y psicológica del compañero Francisco Paredes Ruiz!
¡Presentación con vida de todos los detenidos desaparecidos!
¡Libertad a los presos políticos!
¡No a la impunidad! Verdad y Justicia    
Blanca Hernández
México, D.F. a 15 de enero de 2012

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