Cada año, México pierde miles de millones de euros procedentes de los robos de petróleo de los cárteles de la droga mexicanos. El año pasado, la empresa mexicana que monopoliza el negocio del gasoil registró más de 700 robos. Pero en ocasiones, las consecuencias afectan a ciudadanos inocentes.
In situ: San Martín Texmelucan, México:
Comienza una madrugada en el montañoso estado de Puebla en México. Unos hombres están bombeando petróleo de sin parar mientras un camión espera. Cogen el crudo de este oleoducto utilizando una manguera. En el camión caben en torno a 5.000 litros de combustible. Este tipo de robos escapan al control de la policía.
En México, el negocio del petróleo está controlado por el monopolio de Pemex que sufre cada vez más robos de combustible contra los que el país está intentado luchar. En 2010 Pemex sufrió 712 casos de robos de petróleo, cinco veces más que con respecto a 2005. En muchas informes se señala que los cárteles de la droga quizá colaboran con las bandas que se dedican al robo de petróleo.
Juan José Suárez Coppel, director general de Pemex: “El robo de combustibles es desgraciadamente un problema general, y un grave problema para Pemex. Existe tecnología para detectar las tomas ilegales y que también muestran cualquier incidencia en los oleoductos. Sin embargo, como ustedes pueden ver, estos robos son muy sofisticados; son bandas organizadas, sofisticadas, con conocimientos en este tipo de operaciones”.
El dirigente de Pemex dice que quieren parar esto. Estos robos suponen aproximadamente el uno por ciento del total de la producción de la compañía. Pero David Shield, analista energético, cree que el problema es mucho mayor: “Creo que el problema que estamos viendo en México es que existe un mercado ilegal que se estima entre 2.000 y 4.000 millones de dólares al año y eso es realmente un gran reto para el país en términos de ingresos fiscales que se pierden.
Hay diferentes clases de gasóleo que se roban de los oleoductos. A veces es gasolina de alta calidad, otras veces es simplemente el robo de petróleo crudo, pero el petróleo crudo puede ser vendido como un sustituto del gasoil en muchos tipos de negocios de México. A veces muchos de ellos se roban porque hay un mercado de salida para ello”.
En ocasiones el petróleo robado se vende en la calle, otras veces es vendido a dueños de gasolineras e incluso llega a ser vendido en la frontera norte del país, dirección EEUU. La gran cantidad de dinero del negocio ilegal echa más leña al fuego a la guerra contra los carteles de la droga, que en 2010 se cobró cerca de 15.000 vidas. Los agentes de la lucha contra la droga dicen que estos robos, efectuados por los cárteles, muestran que están desesperados pero otros argumentan que sencillamente eligen buscar en otro lado.
Shield dice: “Hay muchos actores involucrados en otros problemas relacionados con la lucha contra el crimen, ya sabes, asesinatos, ciudades enteras que son controladas por los carteles de la droga... Comparado con esto, parece que se trata de pequeños negocios, no parece ser un gran robo, no parecer ser un reto. Así que creo que el gobierno ha fracasado, ahora se están dando cuenta de que tenían que haber actuado de un modo mucho más riguroso sobre este tema”.
Este tipo de robos es altamente peligroso. Los dirigentes de Pemex creen que la causa de la explosión e incendio de un oleoducto en diciembre de 2010 en el municipio mexicano de San Martín Texmelucan, en Puebla, fue el intento de robo del combustible.
Uno de los residentes en este municipio, Oscar Quiroz, recuerda la pesadilla que se vivió esa mañana. Después de salvar a su familia intentó rescatar a sus vecinos de las llamas.
Oscar Quiroz, residente en el municipio: “Aquí quedó mi vecina con sus dos niñas. Lo único que pudimos salvar y recoger fueron puras cenizas. Cogí a la mujer, la cargué y me la eché al cuerpo y me la llevé hasta dejarla a salvo y después cuando regresé su esposo ya estaba quemándose con los niños a un lado”
Estas son las líneas generales de la lucha, y la razón de los ciudadanos para explicar las llamas de hasta treinta metros de altura que causó la explosión y la ola de fuego. Se llegaron a alcanzar temperaturas de cientos de grados centígrados. Todas las casas que estaban alrededor de aquí quedaron completamente incineradas.
Como resultado 30 personas murieron esa mañana de diciembre. Con una política más efectiva contra los cárteles se conseguiría que México estuviese más seguro y ya no sólo del problema los carteles de la droga sino también de la crisis del robo de petróleo.