Por Diana Jiménez/e-consulta
Antes de morir, una joven de 18 años sólo le pudo decir a su mamá que la perdonara, pues decidió suicidarse este 14 de febrero. Para entonces, ya había ingerido insecticida. Todavía caminó hasta casa de su abuela, donde encontró a su madre y le dijo su última palabra.
La chica se llamó Rubí Montealegre Martínez y tuvo su domicilio en calle Corregidora número 24 de la población San Nicolás Albino Zertuche.
La mujer tomó la sustancia tóxica y se fue caminando hasta el domicilio de su abuela buscando a su progenitora. Cuando la vio, sólo pudo decirle "perdóname", pues de inmediato empezó a vomitar espuma con olor a folidol.
Sus familiares la trasladaron al Hospital General de Salubridad de Acatlán de Osorio, donde perdió la vida. Los motivos que tuvo para provocarse la muerte son desconocidos hasta el momento.
Antes de morir, una joven de 18 años sólo le pudo decir a su mamá que la perdonara, pues decidió suicidarse este 14 de febrero. Para entonces, ya había ingerido insecticida. Todavía caminó hasta casa de su abuela, donde encontró a su madre y le dijo su última palabra.
La chica se llamó Rubí Montealegre Martínez y tuvo su domicilio en calle Corregidora número 24 de la población San Nicolás Albino Zertuche.
La mujer tomó la sustancia tóxica y se fue caminando hasta el domicilio de su abuela buscando a su progenitora. Cuando la vio, sólo pudo decirle "perdóname", pues de inmediato empezó a vomitar espuma con olor a folidol.
Sus familiares la trasladaron al Hospital General de Salubridad de Acatlán de Osorio, donde perdió la vida. Los motivos que tuvo para provocarse la muerte son desconocidos hasta el momento.
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