Al promulgar la reforma constitucional en materia de trata de personas, el Presidente Felipe Calderón llamó a la sociedad a crear un frente común para ponerle punto final a este ilícito.
"Es una reforma que significa una luz de esperanza para miles de personas que han sido encadenadas por los delincuentes y que, hoy, exigen una sola y medular cosa, que es justicia, fin a la impunidad, particularmente en este delito", planteó el Presidente, en Los Pinos.
La ceremonia incluyó la exhibición del testimonio de una víctima de trata, aparentemente una adolescente, cuya silueta apareció en una pantalla en el salón Adolfo López Mateos de la casa presidencial.
La mujer narró su calvario y agradeció a las autoridades el que se pudiera llegar a la promulgación de la reforma.
"Yo era una chica preparatoriana (a la que) me contactó un hombre de Monterrey que aproximadamente tenía 30 años. Me hizo una invitación para ir a trabajar a su ciudad, como edecán (...) Me obligaban a drogarme, a prostituirme, solamente les importaba el dinero. Estaba muerta en vida", relató.
"Fui sometida a obedecer por muchos años y a guardar silencio, y por miedo obedecí a narcotraficantes, tratantes, y sobajada hasta ser una cosa, no una persona".
La víctima dijo que quería agradecer a Dios y a la fundación que la reintegró a la sociedad y a la vida, mencionó.
"Y ahora tengo infinidad de actividades que me hacen sentir completa. El salir de mi país a viajar a Europa, he conocido tantas cosas tan hermosas que todo esto parece un sueño y un cuento hecho realidad", expresó.
Al término de la ceremonia, el Presidente abandonó el salón López Mateos para dirigirse al Ávila Camacho, para, en privado, conversar unos minutos con la mujer que había rendido el testimonio.
La reforma abarca los artículos 19, 20 y 73 de la Constitución, y entre otros puntos, considera a la trata de personas como un delito al que los jueces deben declarar, de oficio, prisión preventiva cuando el imputado está siendo procesado.
"Es decir, no son de los delitos que 'ahí te dejo para la fianza y a ver cuándo me vuelves a ver juez'", ilustró Calderón.
La reforma garantiza a las víctimas el resguardo de su identidad y de sus datos personales y se le da facultad al Congreso de la Unión para que expida una ley mucho más detallada para atacar este ilícito; la reforma le da al Legislativo un plazo de 180 días para la elaboración de esta ley secundaria.
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