Por Odilón Larios/Cinco Radio
Dentro de una cisterna encontraron el cuerpo de un hombre en su domicilio de San Miguel Canoa, aunque podría pensarse que la causa del deceso fue asfixia por sumersión, en realidad perdió la vida por un infarto, posteriormente cayó al contenedor de agua, pero el líquido no causó su muerte, sus pulmones se encontraron secos.
Se trató de Alfonso Cornelio Coyote Pérez, de 48 años de edad, quien se presume estaba sustrayendo agua del interior de la cisterna, en el domicilio ubicado en la Privada Emperador Cuauhtémoc y calle Río Blanco, de la colonia San Miguel Canoa.
Mientras sacaba agua, se presume, le sobrevino un paro cardiaco y cayó al agua. Se presume que al caer a la cisterna, la cual estaba al 95 por ciento de su capacidad, el hombre ya estaba muerto.
Hasta el lugar acudió la ambulancia 040, del Consejo Estatal de Seguridad Pública, quienes decretaron el deceso de Alfonso Cornelio. También acudieron policías de la junta auxiliar para resguardar la zona.
Posteriormente acudió el agente del Ministerio Público Especializado en Homicidios, quien realizó el levantamiento del cuerpo, y lo trasladó al anfiteatro en esta ciudad capital, en donde le practicaron la necropsia de ley correspondiente.
Se sabe por los familiares de este hombre que padecía de epilepsia por lo que no se descarta que el paro cardiaco haya tenido su origen en este padecimiento. Tras la autopsia de ley se confirmó que la causa del deceso fue paro cardiaco.
Dentro de una cisterna encontraron el cuerpo de un hombre en su domicilio de San Miguel Canoa, aunque podría pensarse que la causa del deceso fue asfixia por sumersión, en realidad perdió la vida por un infarto, posteriormente cayó al contenedor de agua, pero el líquido no causó su muerte, sus pulmones se encontraron secos.
Se trató de Alfonso Cornelio Coyote Pérez, de 48 años de edad, quien se presume estaba sustrayendo agua del interior de la cisterna, en el domicilio ubicado en la Privada Emperador Cuauhtémoc y calle Río Blanco, de la colonia San Miguel Canoa.
Mientras sacaba agua, se presume, le sobrevino un paro cardiaco y cayó al agua. Se presume que al caer a la cisterna, la cual estaba al 95 por ciento de su capacidad, el hombre ya estaba muerto.
Hasta el lugar acudió la ambulancia 040, del Consejo Estatal de Seguridad Pública, quienes decretaron el deceso de Alfonso Cornelio. También acudieron policías de la junta auxiliar para resguardar la zona.
Posteriormente acudió el agente del Ministerio Público Especializado en Homicidios, quien realizó el levantamiento del cuerpo, y lo trasladó al anfiteatro en esta ciudad capital, en donde le practicaron la necropsia de ley correspondiente.
Se sabe por los familiares de este hombre que padecía de epilepsia por lo que no se descarta que el paro cardiaco haya tenido su origen en este padecimiento. Tras la autopsia de ley se confirmó que la causa del deceso fue paro cardiaco.
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