Reforma Móvil
Alrededor de las 19:40 horas, cuando se jugaba el minuto 40 del primer tiempo del partido Santos-Morelia, ráfagas de armas largas sembraron el terror en el Nuevo Estadio Corona, donde había unos 20 mil aficionados.
Esto provocó escenas dramáticas que fueron transmitidas en vivo por la televisión en México y Estados Unidos.
En la cancha, al escucharse los primeros disparos, que presuntamente provenían del exterior y se prolongaron durante unos cinco minutos, jugadores de ambos equipos, árbitros y demás personas que estaban en la cancha corrieron hacia los vestidores, intentando ponerse a salvo, suspendiéndose el partido que estaba empatado sin goles.
"Cada quien corrió para salvarse, unos se tiraron al suelo, otros corrimos hacia el vestidor. Es muy lamentable que pase esto. Nos asustamos mucho. Había gente gritando, llorando de angustia", dijo a REFORMA Jaime Lozano, jugador del Morelia.
En las tribunas, la mayoría de los aficionados, entre los que había mujeres, niños y personas de edad avanzada, buscó refugiarse entre las butacas.
La escena se tornó más dramática cuando, al escucharse todavía los balazos, miles de personas invadieron la cancha y se alejaron corriendo del extremo norte del estadio, ya que en ese lado era donde, presuntamente, se originaban las detonaciones.
Fuentes cercanas a la investigación afirmaron que lo ocurrido fue un ataque premeditado para sembrar terror, ya que previamente un comando armado habría bloqueado las calles que conducen al inmueble, localizado en el nororiente de la ciudad, en la autopista Torreón-San Pedro, y después abrió fuego al aire frente a los accesos al estadio.
"Fue una agresión directa. Las ráfagas fueron hacia el estadio", expresó una fuente.
Los refuerzos de diversas corporaciones policiacas y del Ejército tardaron más de 10 minutos en arribar al lugar debido a que primero debieron retirar los vehículos que obstruían las vialidades.
En la transmisión de ESPN, el comentarista Jared Borgetti, ex futbolista de Santos, dijo que, aparentemente, escoltas de "personas importantes" que estaban en los palcos también dispararon sus armas.
Sin embargo, anoche, la Dirección General de Seguridad Pública de Torreón y la Presidencia de la República emitieron, por separado, comunicados para condenar lo sucedido y afirmar que se trató de un ataque contra un retén de la Policía municipal, resultando un agente herido.
Las autoridades también informaron que encontraron un vehículo con una granada y tres armas largas.
Invaden la cancha para protegerse
Debido a una balacera en las inmediaciones del Estadio Corona, el partido entre Santos y Monarcas Morelia fue suspendido.
Transcurría el minuto 40 del encuentro cuando se escuchó una ráfaga de disparos cerca de la portería defendida por el cuadro michoacano.
De inmediato, con el balón en juego en el otro extremo, el portero Federico Vilar atravesó la cancha, Felipe Baloy se tiró a ras del césped y el resto de los integrantes del equipo y cuerpo arbitral corrieron en dirección al vestidor, justo en el momento en que arreciaron las detonaciones.
Otros, como Oswaldo Sánchez, Daniel Ludueña, Oribe Peralta y Miguel Becerra fueron en busca de sus familias, que estaban en los palcos del Corona.
En la tribuna, los aficionados se agazaparon en los espacios entre las butacas o se refugiaron en los locales de venta de comida y bebidas, ubicados en la parte alta del estadio.
"¿Sabes qué?, aquí estamos en más peligro porque estamos a ras de piso", dijo un aficionado captado en un video. "No, aquí el techo nos cubre", respondió su interlocutor.
Se presume que el tiroteo se produjo entre la policía y un grupo criminal, a la altura del kilómetro 7 de la carretera Torreón-San Pedro, presuntamente cuando una camioneta blanca fue detenida en un retén.
Dos minutos después del inicio de los balazos, cientos de espectadores invadieron la cancha, la cual está 9 metros abajo de la superficie natural del terreno.
Mujeres y hombres con niños en brazos, personas de la tercera edad, buscaron refugio en los 2 túneles del Corona. Otros, se resguardaron en las orillas del campo de juego.
La estampida provocó lesiones en algunas personas.
Varias mujeres entraron en crisis nerviosa e incluso un par de elementos de seguridad desalojaron en brazos a una aficionada.
El inmueble, con aforo para 30 mil espectadores, estaba ocupado en más del 50 por ciento de su capacidad.
A pesar del tiroteo, algunos integrantes de los grupos de animación continuaron brincando en la tribuna y otros se fotografiaron con sus teléfonos celulares para captar el momento.
Siete minutos después del inicio del tiroteo, TV Azteca suspendió la transmisión, aunque ESPN se quedó en el lugar de los hechos con una narración en vivo.
Cuando la situación pareció estar bajo control, el presidente del club lagunero, Alejandro Irarragorri, confirmó a través del sonido local que no había heridos en el estadio.
Hubo un herido
La balacera registrada en el exterior del Estadio Corona resultó con un policía estatal herido, según reveló ayer la Fiscalía de Coahuila.
La balacera registrada en el exterior del Estadio Corona resultó con un policía estatal herido, según reveló ayer la Fiscalía de Coahuila.
"Hasta el momento se registra un elemento de SP (Seguridad Pública) lesionado. Los asistentes al estadio están resguardados", informó dicho organismo en su cuenta de Twitter.
Al interior del inmueble, el saldo fue blanco según confirmó el presidente del club, Alejandro Irarragorri. Sin embargo, varios asistentes al encuentro entre Santos y Morelia sufrieron crisis nerviosas.
Por ello, debieron ser atendidos en plena cancha, algunas de ellas por paramédicos que los trasladaron a ambulancias e incluso en el "carrito de las desgracias" que se utiliza para los jugadores cuando sufren una lesión y salen del terreno de juego.
Según informes extraoficiales, la balacera se desató como consecuencia de un operativo, ya que una camioneta no se detuvo en un retén militar ubicado cerca del estadio de Santos, donde ayer fue suspendido el partido entre dicho equipo y Morelia al minuto 40 del primer tiempo.
Pudo ser tragedia
Álvaro Dávila, presidente de Monarcas, aseguró que el nivel de violencia en México ha traspasado todos los límites y dijo que gracias a que el Estadio Corona es uno de los más modernos, no ocurrió una tragedia de grandes proporciones.
Álvaro Dávila, presidente de Monarcas, aseguró que el nivel de violencia en México ha traspasado todos los límites y dijo que gracias a que el Estadio Corona es uno de los más modernos, no ocurrió una tragedia de grandes proporciones.
El directivo, quien no viajó a Torreón, confirmó que ningún integrante del club resultó herido tras la balacera a las afueras del Corona, durante el duelo de ayer contra Santos.
"Al equipo, a todos los jugadores y a toda nuestra gente no les pasó absolutamente nada, más que el susto. Sí estaban un poco alterados, pero la verdad la gente de Torreón y de Santos reaccionó muy bien, nos trataron bien y nos dieron las facilidades para salir del estadio y tomar el vuelo a Morelia", expresó vía telefónica.
"Al primer equipo sí (lo escoltaron al Aeropuerto). Sé que son momentos muy difíciles y todo, pero a la Sub 17 y a la Sub 20 me los abandonaron ahí a las 3 cuadras, porque ellos se regresaron en autobús".
Dávila también confirmó que las familias de todos los jugadores se quedaron en Morelia, por lo cual no hubo hechos qué lamentar.
Agregó que todo el País debe alzar la voz para poner un alto a la violencia.
"Tenemos que aprovechar este incidente y enviar un mensaje de indignación y desaprobación a todo esto que está pasando", afirmó.
"No es el futbol, es el País. Nos está alcanzando a todos, todo el País debe reaccionar porque es algo ya no se puede soportar. La verdad pudo haber ocurrido una tragedia más grande; no porque las balas alcancen a la gente dentro del estadio, sino por lo que provocó, que fue una estampida y el pánico de la gente, pero gracias a que es un estadio muy moderno no pasó nada"